El Seguro Agropecuario crece en importancia, pero enfrenta un escenario desafiante
La mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos perjudica el rendimiento de los cultivos y aumenta el monto de la compensación que pagan las aseguradoras a los productores
Los productores rurales sufren, con mayor frecuencia y en momentos inesperados, eventos climáticos extremos. Para protegerse contra el mal tiempo que afecta a los cultivos brasileños, como fuertes lluvias, granizo, heladas y sequías prolongadas, la adhesión al seguro agrícola aumentó un 129 % entre 2019 y 2021, alcanzando 217.900 pólizas y culminando con un pago récord de R$ 5.400 millones el año pasado.
Esta cantidad representa un déficit de R$ 1.200 millones en comparación con la cantidad recaudada. Incluso aumenta cuando se suma a las indemnizaciones de otros seguros rurales, además de la Prima del Seguro Rural (PSR), como prenda rural, vida y equipo agrícola. En 2021, esta cantidad alcanzó R$ 7,1 millones y ya se superó en solo ocho meses de este año. Entre enero y agosto, las aseguradoras ya desembolsaron R$ 9,5 mil millones, un 7% más que el monto recaudado en el mismo período (R$ 8,9 mil millones), según la Comisión de Seguros Rurales de la Federación Nacional de Seguros Gerais (Fenseg).
“Este escenario deja clara la importancia del seguro agrario, que evita enormes pérdidas económicas. Sin embargo, es el escenario más desafiante en toda la historia del seguro rural, porque en los últimos años las aseguradoras han estado pagando más por siniestros que por cobranza”, dice la abogada Debora Schalch, socia fundadora de la oficina Schalch Sociedade de Advogados (SSA).
Los productores rurales que ya tenían seguro lo están renovando, y los que no lo tenían se están concienciando de la importancia de tener protección para mitigar pérdidas por el cambio climático. Tanto es así que más de 33 mil productores contrataron una póliza por primera vez en 2021, lo que provocó que el total de asegurados aumentara un 15% y llegara a 121,2 mil.
El presupuesto del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) para este año prevé R$ 990 millones en subsidios, que ya se agotaron. Según una declaración reciente del Ministro de Agricultura, Marcos Montes, la necesidad ya es de R$ 1.500 millones. “El daño va más allá del factor económico, ya que la destrucción de la producción de alimentos afecta a toda la cadena de distribución y consumo. Las reducciones en la oferta de productos tienden a generar un efecto cascada y dificultan el acceso de la población”, enfatiza Debora Schalch.
Al mismo tiempo que crece la contratación de seguros agropecuarios y se muestra como el medio más eficaz para reducir pérdidas, diversos insumos caen en la producción en Brasil. El café, por ejemplo, debería tener la cosecha más baja desde 2014. El trigo y otros granos también deberían verse afectados por los recientes frentes fríos y el exceso de lluvias en el sur del país, según la Conab (Empresa Nacional de Abastecimiento).
“El acceso a los seguros de producción por parte de los agricultores y empresas agroindustriales tiende a ser cada vez más difícil”, advierte Schalch. “Además de un aumento en los valores de las primas, el escenario desfavorable para el negocio puede provocar que las aseguradoras se deshagan de sus carteras e incluso abandonen operaciones en la zona. Sin nuevos subsidios, los productores rurales enfrentarán dificultades y podrán tener que realizar contrataciones específicas”.
FUENTE: www.segs.com.br