Repensar la resiliencia climática
Ante la intensificación de los riesgos climáticos, la resiliencia se ha convertido en una necesidad diaria. Esta edición de Confidence Matters explora la forma en que las lecciones del Huracán Katrina guían las inversiones comunitarias en infraestructura verde y en soluciones de seguros innovadoras para reducir el riesgo y acelerar la recuperación.
La evolución global de la resiliencia ha redefinido lo que significa prepararse, protegerse y reconstruirse, dado que, cuando de riesgo climático se trata, la confianza en sus datos, decisiones y en las asociaciones es fundamental para enfrentar el futuro.
De «Predecir y Prevenir» a «Adaptar y Absorber»
Veinte años después de que el Huracán Katrina expusiera las devastadoras consecuencias de una infraestructura urbana obsoleta y poco preparada, las ciudades de todo el mundo toman medidas audaces para garantizar que no se repita la historia. Gobiernos locales, planificadores y aseguradoras replantean la forma en que los entornos urbanos podrían resistir las crecientes amenazas de los eventos de riesgo climático.
Actualmente, el enfoque se ha desplazado hacia la adaptación, diseñando sistemas que absorban los shocks, se recuperen rápidamente y evolucionen con el tiempo. La combinación de infraestructura mejorada con soluciones basadas en la naturaleza, como jardines de lluvia, bioswales y pavimentos permeables, ha demostrado la oportunidad para la innovación generada por el riesgo climático. Estas soluciones definen un modelo adaptativo para la resiliencia urbana en un entorno de estrés por el aumento de las temperaturas y por los cambios climáticos bruscos, donde los períodos muy húmedos son seguidos rápidamente por períodos muy calurosos y secos.
Construir inteligentemente desde cero
Lo positivo es que, gran parte de la infraestructura que dará forma a nuestro futuro, aún no ha sido construida. Esto significa una oportunidad real para integrar la resiliencia desde el principio.
Según el Foro Económico Mundial, las inversiones verdes son 1.5 veces más rentables que los métodos tradicionales, reduciendo las pérdidas por inundaciones aseguradas hasta en un 65%, aumentando el valor de la tierra y creando empleos. A nivel mundial, las ciudades adoptan enfoques híbridos que combinan infraestructura gris y verde, hormigón y soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar el cambio climático.
A modo de ejemplo, los Países Bajos, han asegurado el espacio seguro de desborde de sus ríos, a través de la reducción de llanuras de inundación y de la transformación de áreas vulnerables en paisajes multifuncionales. Mientras tanto, las «ciudades esponja» eco-fortificadas son utilizadas en múltiples geografías para restaurar el ciclo hidráulico natural urbano: captura y filtrado de agua de lluvia a través de sistemas naturales.
Inspirado por estas innovaciones, el Plan Hídrico Urbano del Gran Nueva Orleans construye la resiliencia en toda la ciudad para enfrentar eventos de inundación de 1 en 500 años. Los bioswales y los canales ralentizan, almacenan y reabsorben el agua, aprendiendo lecciones de ciudades como Ámsterdam y Róterdam.
No obstante, la resiliencia no se trata solo de ingeniería a gran escala. También requiere del empoderamiento de las comunidades. Los barriles de lluvia, los techos verdes y los drenajes franceses son herramientas simples que protegen los hogares y preparan a los residentes para futuras tormentas.
«Hace cuatro años, experimentamos la prueba de nuestra resiliencia con el golpe del huracán Ida, una supertormenta de Categoría 4», dice Greg Nichols, subjefe de resiliencia de Nueva Orleans. «Los diques se mantuvieron firmes y, si bien cayó mucha lluvia, no se produjeron inundaciones generalizadas».
El seguro como catalizador de la resiliencia
De igual manera, el seguro ha evolucionado de ser una herramienta de recuperación a un motor de prevención. Los avances en la previsión climática y en el modelizado de catástrofes, asistidos por IA y por un análisis de datos robusto, transforman la manera en que anticipamos y respondemos a los fenómenos meteorológicos extremos.
Estas herramientas colaboran con las comunidades en una planificación más precisa, en la elaboración de las respuestas de emergencia y en la aceleración de la recuperación. A modo de ejemplo, si un modelo muestra a un vecindario como propenso a las inundaciones, los líderes locales podrán mejorar los techos y los drenajes y elevar las viviendas previamente a la llegada de la próxima tormenta.
El seguro paramétrico representa otro cambio radical. Esta solución ofrece pagos más rápidos y una mayor transparencia, siendo su base los factores medibles (velocidad del viento o cantidad de lluvia). Asimismo, algunas aseguradoras incentivan la resiliencia a través de descuentos en las primas y de deducibles más bajos para edificios que cumplen con estándares reforzados.
También, las asociaciones público-privadas han ampliado el acceso a la cobertura en regiones vulnerables. Iniciativas como el Fondo de Seguro de Catástrofes de Turquía y los fondos de riesgo regionales en África y el Caribe colaboran activamente en el cierre de la brecha de protección en áreas vulnerables, brindando confianza financiera en la respuesta a una crisis.
«La incorporación de la resiliencia en las decisiones de seguros ayuda a mitigar los riesgos y los costos a largo plazo», dice Martha Bane, vicepresidenta ejecutiva de Práctica de Property de Gallagher.
De cara al futuro
El huracán Katrina representó un cambio radical. Nos enseñó que la resiliencia se trata de mentalidad y no solo de infraestructura. Ante la intensificación de los riesgos climáticos, las comunidades más resilientes deben superar el «cortoplacismo», invertir sabiamente y planificar de manera inclusiva.
«Las tormentas han aumentado significativamente su intensidad y la gravedad de su impacto tierra adentro», señala Steve Bowen, Director Científico de Gallagher Re. «Las comunidades deben estar preparadas para enfrentar una gama más amplia de riesgos».
Nueva Orleans pone de manifiesto aquello que es posible cuando las soluciones locales se nutren de las mejores prácticas globales. Es una historia de confianza, de resiliencia y de comunidad.
Nancy Sylvester, vicepresidenta ejecutiva del área en la oficina de Gallagher en Baton Rouge, reflexiona sobre su experiencia personal durante el Huracán Katrina y sobre la manera en que algunos de los avances han sido de ayuda para ella y para sus clientes en la (re)construcción de su resiliencia.
Puntos clave
- El huracán Katrina expuso profundas vulnerabilidades de la infraestructura, destacando el costo de la acción tardía y los riesgos no considerados.
- La resiliencia requiere de un cambio de mentalidad: el paso de «predecir y prevenir» a «adaptar y absorber«.
- El seguro desempeña un papel crucial ofreciendo incentivos para construir resiliencia a través de descuentos en las primas y de soluciones innovadoras de transferencia de riesgo como el seguro paramétrico.
- Nueva Orleans ha creado un nuevo punto de referencia para la construcción de resiliencia invirtiendo en infraestructura de gestión de aguas pluviales. Las medidas de adaptación de la ciudad han aprendido a convivir con el agua. Ya no luchan contra ella.
- La infraestructura verde es 1.5 veces más rentable que los métodos tradicionales, aumenta el valor de la tierra, crea empleos y reduce significativamente las pérdidas por inundaciones aseguradas.
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