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Insurtech: Camino y transformación de las aseguradoras

El sector asegurador, conocido por su estabilidad y su rol fundamental pero a menudo discreto en la economía, se encuentra en un punto de inflexión. Si bien siempre ha lidiado con presiones como las guerras de precios, hoy enfrenta nuevos desafíos ligados a catástrofes climáticas y la creciente influencia de la tecnología. Como otros sectores, la industria del seguro ya no es ajena a la innovación y, al igual que la banca, debe adaptarse a la irrupción de nuevos actores que están guiando su transformación.

El Rol Impulsor de las Insurtech en la Transición Aseguradora

Las insurtech, startups que aplican tecnología a la industria del seguro, están reescribiendo las reglas del juego y, con ello, el perfil de los líderes del sector. Así lo percibe Qaracter, una consultora que acompaña a algunas de las principales aseguradoras españolas en este proceso.

«La transformación digital del seguro ya no es una opción, sino una condición para sobrevivir», sentencia Enrique Galván, CEO de Qaracter. «Y lo más relevante no es solo la tecnología, sino la forma en que redefine el negocio: más ágil, más humano, más centrado en la experiencia del cliente».

Según este experto, las compañías que triunfarán en esta nueva era serán aquellas que no solo digitalicen sus procesos, sino que logren reinventarse desde dentro, adoptando estructuras más flexibles, una cultura de innovación y una orientación total al cliente.

¿Qué Aportan las Insurtech a las Aseguradoras Tradicionales?

La esencia del sector insurtech radica en su enfoque y profundo conocimiento del cliente. Los nuevos jugadores han comprendido que el cliente actual demanda más que una simple póliza: busca agilidad, transparencia, canales de atención 24/7 y soluciones adaptadas a su estilo de vida.

Aquí es donde las insurtech marcan la diferencia. Gracias a tecnologías como la inteligencia artificial, big data, RPA (automatización robótica de procesos) y el análisis predictivo, ofrecen productos más personalizados, económicos y accesibles, mejorando notablemente la experiencia de usuario.

Esta transformación va más allá de la cosmética. A nivel operativo, permite a las compañías automatizar procesos complejos como la gestión de siniestros, la evaluación de riesgos o el análisis del comportamiento del cliente. ¿El resultado? Mayor eficiencia, menores costos y una propuesta de valor claramente diferenciada.

FUENTE: www.directivosyempresas.com