Temporada de Huracanes 2025
A medida que comienza la temporada 2025 de huracanes del Atlántico, la mayor parte de los principales meteorólogos predicen una actividad superior al promedio, lo que podría conllevar mayores riesgos de intensificación rápida y llegadas a tierra en los Estados Unidos. Si bien los informes avanzados del año pasado pronosticaron una temporada «hiperactiva», las de este año son menos extremas, no obstante, aún así anticipan más actividad que el promedio de los últimos 10 años. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) informa un 60% de probabilidad de una temporada superior al promedio y solo un 10% de probabilidad de una temporada «por debajo de lo normal».
Según los informes de predicciones de Accuweather, la Universidad Estatal de Colorado (CSU por sus siglas en inglés), NOAA, Tropical Storm Risk, la Oficina Meteorológica del Reino Unido y The Weather Company/Atmospheric G2, existirá un número elevado de tormentas con nombre, huracanes y huracanes mayores para 2025. Estas proyecciones oscilaron entre 13 y 19 tormentas tropicales, 6 y 10 huracanes, y 3 y 5 huracanes mayores, en comparación con los promedios históricos de 10 años de 17.9 tormentas tropicales, 8.1 huracanes y 3.7 huracanes mayores.
Si bien la temporada de huracanes de este año ha comenzado oficialmente, nunca es demasiado tarde para prepararse. La temporada de huracanes del Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, concentrándose la mayor actividad en una «temporada dentro de la temporada». Según el Dr. Philip Klotzbach, científico jefe de investigación de la CSU, el 95% de los huracanes mayores (Categorías 3 a 5) han ocurrido entre agosto y octubre, lo que representa solo el 50% de la temporada. Ya sea preparados para las tormentas de esta temporada o para las futuras, los informes de predicción de huracanes de este año y los resultados reales de 2024 ofrecen información sobre la temporada de 2025, destacando las tendencias clave de catástrofes naturales y aleccionando sobre la preparación ante desastres.
Lecciones de 2024 y Factores Clave para la Temporada de Huracanes 2025
El año 2024 dejó varias tendencias y lecciones importantes a revisar, así como posibles señales de lo que podría suceder en 2025:
Desastres en Rápida Sucesión
En algunas áreas, las tormentas del 2024 demostraron que la temporada de huracanes puede ser una maratón en lugar de una carrera corta. Si bien muchas organizaciones comienzan los preparativos seriamente ante la formación de tormentas importantes, la temporada de 2024 presentó varios huracanes en rápida sucesión. Por ejemplo, el huracán Helene tocó tierra en la Costa del Golfo de Florida como Categoría 4 el 26 de septiembre, siendo la región nuevamente azotada tan solo dos semanas después, cuando el huracán Milton tocó tierra como Categoría 3 el 9 de octubre. Milton provocó un brote, con 46 tornados confirmados, un nuevo récord para la mayor cantidad de estos eventos.
Si bien las tormentas individuales quizás no sean de fuerza histórica, la respuesta a aquellas severas, repetidas y a sus efectos en cadena, con poco tiempo de recuperación, ha planteado desafíos significativos para las empresas y para las entidades públicas. Los servicios públicos y los sistemas de seguros también se ven gravemente afectados por el aumento del número de grandes desastres y por la reducción del tiempo entre ellos, lo que complica la continuidad del negocio, la resiliencia operativa y la recuperación del seguro tras los desastres.
Las organizaciones también deben comprender que los servicios de emergencia ya se encuentran significativamente impactados en tales escenarios, lo que implica que parte de la ayuda del gobierno local o de los servicios de emergencia puede no estar disponible o sufrir retrasos. Por tanto, los profesionales de riesgos y otros involucrados en la planificación de emergencias deben considerar una gama más amplia de desafíos al trazar escenarios para el refuerzo de la preparación ante desastres naturales. Es imperativo que las organizaciones sepan la forma en que responderán ante desastres naturales y que tengan en cuenta escenarios en los que no se pueda confiar en algunos servicios de emergencia.
Esto podría convertirse en un problema particular en 2025, debido a los recortes de la administración Trump a departamentos federales como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) y los servicios nacionales de pronóstico del tiempo. Bajo la administración Trump, FEMA ha perdido una cuarta parte de su personal de tiempo completo, incluyendo una quinta parte de los oficiales coordinadores que gestionan la respuesta a desastres. El despido de muchos meteorólogos de la NOAA, incluso en regiones de alto riesgo de huracanes, puede resultar en pronósticos menos precisos.
Intensificación Rápida
La «intensificación rápida» fue un tema importante de la temporada de huracanes del año pasado. El 2 de julio de 2024, el huracán Beryl no solo se convirtió en la tormenta de Categoría 5 más temprana en formarse en la cuenca del Atlántico, sino que también demostró los peligros de la intensificación rápida: un aumento de la velocidad del viento de al menos 56 kilómetros por hora en 24 horas. Beryl tuvo dos rondas de intensificación rápida, pasando de una depresión tropical a una tormenta de Categoría 5 en solo 42 horas, impulsada por aguas oceánicas excepcionalmente cálidas. Asimismo, el huracán Milton experimentó un fortalecimiento explosivo, pasando de tormenta tropical a Categoría 5 en 24 horas.
Los meteorólogos han advertido sobre los crecientes riesgos de intensificación rápida, particularmente en la medida en que persisten las condiciones de temperatura cálida del mar. El pronóstico y la preparación para emergencias se ven obstaculizados por la intensificación rápida, lo que podría tener consecuencias mortales si las personas, las empresas y las entidades públicas no cuentan con una preparación adecuada para el momento en que las tormentas rápidamente fortalecidas toquen tierra. Las comunidades del interior o aquellas que históricamente no han estado tan expuestas a los peligros de los huracanes también pueden enfrentar desafíos especiales, ya que otros eventos agotan los recursos federales de emergencia, siendo la preparación local no tan sólida para los riesgos relacionados con huracanes.
Altas Temperaturas de la Superficie del Mar y el Impacto de La Niña
Si bien las temperaturas de la superficie del mar no son tan altas como el año pasado, se mantienen por encima del promedio en 2025. El agua cálida del océano puede provocar tormentas más intensas y aumentar su cantidad. En igualdad de condiciones, cuanto más profunda y cálida sea el agua, más fuertes son las tormentas formadas sobre ella, ya que el contenido de calor contribuye con energía en el impulso del desarrollo de las tormentas.
Los meteorólogos predicen una reducción de los vientos alisios durante la temporada de 2025. Aquellos más débiles significan menor interrupción en el desarrollo de las tormentas. Otros, creen que un cambio de condiciones de El Niño a La Niña podría ocurrir durante la temporada, lo que podría conducir a tormentas más intensas en 2025, ya que La Niña trae menor cizallamiento del viento. Esto podría ayudar a romper las tormentas en desarrollo.
Las condiciones de El Niño versus La Niña son una de las influencias más importantes en una temporada de huracanes. «En general, las temporadas de huracanes del Atlántico con La Niña cuentan con un menor cizallamiento del viento que, de lo contrario, podría destrozar las tormentas. El aire ascendente e inestable típico es más propicio para las tormentas eléctricas, los componentes básicos de las tormentas tropicales y los huracanes», según The Weather Channel. «Esto significa que en lugar de que El Niño actúe como un freno suave en la temporada de huracanes, La Niña podría, pisar el acelerador».
Cambios en la Dirección Hacia las Llegadas a Tierra en EE. UU.
Los «patrones de dirección» refieren a las corrientes de viento a gran escala en la atmósfera que guían el camino de las tormentas importantes, ayudando a determinar su movimiento hacia la tierra o hacia el mar para disiparse. Investigadores de The Weather Company y la firma de pronósticos Atmospheric G2 señalaron que sus modelos informáticos de largo alcance sugieren que un patrón de vientos que guía los huracanes podría dirigirse más hacia la costa de los Estados Unidos este año. Las temperaturas persistentemente superiores al promedio en ciertas regiones del Atlántico también pueden contribuir a que más tormentas toquen tierra en los Estados Unidos.
La Universidad Estatal de Colorado estimó un 51% la probabilidad de que al menos un huracán importante toque tierra a lo largo de la costa de los Estados Unidos, lo que marca un salto notable con respecto al promedio histórico del 43% de 1880 a 2020.
Paralelismos con Temporadas Severas Impulsan Llamadas a la Precaución
Como parte de su análisis más reciente, el informe de la CSU compara los patrones atmosféricos y oceánicos actuales con aquellos años similares del pasado, estableciendo comparaciones con varias temporadas altamente activas, incluyendo la de 1999, la de 2008, la de 2011 y la de 2017. Estos años pueden destacar en la memoria de los profesionales de riesgos senior, ya que esas temporadas observaron varias tormentas importantes tocar tierra. La temporada de 2017, por ejemplo, estuvo marcada por los huracanes Harvey, Irene y María, que causaron un total de aproximadamente US$92 mil millones en pérdidas aseguradas. Los pronosticadores de la CSU señalaron la preocupante comparación, instando a la precaución.
«La configuración de este año tiene mucho en común con esas temporadas pasadas de impactos graves», dijo Klotzbach, quien fue el autor principal del informe. «Incluso, si solo una tormenta golpea un área vulnerable, es suficiente para que la temporada sea devastadora a nivel local».
Asimismo, la NOAA notó paralelismos en las condiciones pronosticadas para este año con temporadas severas pasadas. Según el informe de predicción de la NOAA del 22 de mayo, «esta temporada de huracanes también presenta el potencial de un desplazamiento hacia el norte del monzón de África Occidental, produciendo ondas tropicales que siembran algunas de las tormentas atlánticas más fuertes y duraderas».
«En mis 30 años en el Servicio Meteorológico Nacional, nunca hemos tenido modelos y sistemas de alerta más avanzados para monitorear el clima», dijo Ken Graham, director del Servicio Meteorológico Nacional de la NOAA. «Esta perspectiva es un llamado a la acción: Estén preparados. Tomen medidas proactivas ahora para hacer un plan y reunir suministros. Así podrán asegurarse estar listos antes que una tormenta amenace«.
Cobertura de Seguro para Riesgos Relacionados con Huracanes
Las tendencias climáticas severas y el cambio climático están dejando a más y más organizaciones vulnerables a tormentas devastadoras, y un número creciente no cuenta con los seguros adecuados para los riesgos relacionados con huracanes. De hecho, según un informe reciente de Nationwide, los agentes de seguros estiman que al menos el 40% de sus clientes comerciales se encuentran infrasegurados para tales riesgos. Adicionalmente, a medida que las tormentas golpean áreas vulnerables con creciente frecuencia y severidad, muchas aseguradoras salen de mercados de alto riesgo como Florida. Esto resulta en crecientes exclusiones o en una cobertura totalmente no disponible. Asimismo, existe un peligro creciente en áreas que no suelen verse afectadas por huracanes, lo que puede resultar en pérdidas para empresas que tradicionalmente no han debido tener en consideración la cobertura de seguro por daños relacionados con huracanes. El año pasado, el huracán Helene ofreció un trágico recordatorio de este problema, devastando comunidades del interior como Asheville, Carolina del Norte.
Ya sea que busque llenar los vacíos en su programa de seguros o simplemente maximizar la recuperación del seguro, se deberán considerar las siguientes líneas de seguro que pueden responder a estas pérdidas:
- Seguro Patrimonial
- Seguro de interrupción de negocio
- Seguro de interrupción de negocio contingente
- Seguro de responsabilidad civil general
- Seguro contra inundaciones
- Pólizas de seguro especializadas
Los profesionales de riesgos y seguros también deben tener en cuenta que una organización no necesita incurrir en daños materiales para tener pérdidas aseguradas. «Incluso los asegurados afortunados de escapar de la furia de un evento climático severo pueden sufrir una pérdida de ingresos comerciales debida a las secuelas», según Joshua Gold, abogado de asegurados en Anderson Kill. «Recuerden que pueden contar con cobertura de seguro por pérdidas de ingresos comerciales o por interrupción de operaciones comerciales debido a los daños sufridos por socios comerciales o clientes esenciales, o por interrupciones en el área circundante, incluso, cuando su propia propiedad supera la tormenta. La cobertura de responsabilidad civil, de interrupción de negocio contingente,de interrupción de servicio y de entrada/salida brinda cobertura para pérdidas de ingresos comerciales cuando el daño a la propiedad ocurre lejos de las instalaciones del asegurado».
9 Consejos Esenciales Antes de la Tormenta para la Temporada de Huracanes
Con la temporada de tormentas acechando, los siguientes consejos pueden ayudar a los profesionales del riesgo a garantizar la continuidad del negocio, mantener seguros a los empleados y la propiedad, y presentar rápidamente reclamaciones de seguro para una máxima recuperación:
- Revisar todas las pólizas de seguro: Examinar a fondo las pólizas de propiedad comercial, de interrupción de negocio y otras relevantes para la temporada de huracanes. Asegurar que todas las ubicaciones y activos corporativos estén listados con precisión. Confirmar la cobertura para viento, inundaciones y mareas de tempestad, y prestar particular atención a cualquier deducible, sublímite y exclusión aplicables. La notificación adecuada y pronta es clave para presentar reclamaciones de seguro exitosas. Una revisión cuidadosamente de cada póliza confirmará los requisitos de la aseguradora para el aviso inicial y el plazo estricto para la declaración jurada de pérdida.
- Fortalecer los activos físicos: Desarrollar y actualizar los planes para asegurar las instalaciones y los equipos contra vientos huracanados y contra posibles inundaciones. Al formarse tormentas importantes, los materiales de fortificación pueden ser difíciles de conseguir, y los desafíos de la cadena de suministro pueden resultar en un desafío particular. Garantizar que la organización cuente con los materiales esenciales para la rápida implementación de los planes de protección, para el refuerzo de las estructuras y para la garantía de las instalaciones.
- Elaborar escenarios de continuidad del negocio e impacto financiero: Más allá de la recuperación general ante desastres, se debe examinar la forma en que un evento de huracán podría afectar las operaciones y los flujos financieros específicos, incluyendo posibles pérdidas de ingresos y gastos adicionales. Delinear estos impactos para los diferentes escenarios posibles de desastre . Establecer protocolos para rastrear potenciales pérdidas de ingresos y gastos extraordinarios en un formato que sea adecuado para las reclamaciones de seguros. Si la recuperación financiera compleja es una preocupación importante, se deberá identificar y precalificar expertos para una adecuada asistencia, como, por ejemplo, contadores forenses.
- Centralizar y asegurar los registros clave: Para ayudar a minimizar las interrupciones operativas, se deberá garantizar la disponibilidad de los documentos clave en forma remota, como el almacenamiento externo y los sistemas basados en la nube. Crear y probar un sistema para almacenar de forma segura y acceder fácilmente a todos los registros corporativos críticos, incluyendo las pólizas de seguro y los libros contables, ya que estos serán clave para presentar reclamaciones rápidas y detalladas tras un desastre.
- Documentar la propiedad y los activos cubiertos: Tomar fotos o grabar videos previos a la pérdida de la propiedad, asegurando su disponibilidad en almacenamiento externo o en la nube, el cual permanecerá accesible ante la obligación de cerrar o operar de forma remota. Esta es una forma conveniente de documentar el estado de la propiedad cubierta y ayudar en futuras reclamaciones.
- Probar los protocolos de comunicación de emergencia: Desarrollar planes de comunicación claros para todas las partes interesadas, tanto internas como externas, para asegurar el contacto con empleados y con líderes en diferentes escenarios de desastre. Estos planes deben incluir múltiples canales de comunicación y definir roles y responsabilidades claras para la respuesta a incidentes. Poner en práctica estos protocolos previamente a una tormenta para garantizar que todos conozcan su función y actúen efectivamente bajo presión. Dependiendo de la naturaleza del negocio, se deberá considerar la necesidad de protocolos de comunicación con clientes o socios comerciales clave.
- Actualizar los contactos de los empleados: Verificar la actualización y el fácil acceso de toda la información de contacto de emergencia de los empleados. Actualizar esta información para incluir detalles a través de múltiples modos de comunicación en caso que algunos servicios no funcionen. Comunicar protocolos de seguridad claros, procedimientos de evacuación y pautas de regreso al trabajo a toda la fuerza laboral con mucha antelación.
- Evaluar la resiliencia de la cadena de suministro: Colaborar activamente con proveedores y vendedores críticos para comprender sus planes de preparación ante huracanes. Identificar y, si es necesario, establecer relaciones con fuentes o con métodos de entrega alternativos para minimizar posibles interrupciones operativas.
- Reevaluar las valoraciones de la propiedad y los costos de reemplazo: Es fundamental reevaluar la valoración actual de la propiedad y los costos estimados de reemplazo. Los desafíos persistentes de la cadena de suministro y la inflación han aumentado significativamente los costos de materiales y de mano de obra. Al parecer, esto empeorará con la turbulencia arancelaria bajo la administración Trump. Subestimar estos costos podría conducir a un infraseguro sustancial, lo que significa que la organización podría no ser capaz de asegurar una recuperación total tras una pérdida. Se deberá garantizar que sus pólizas reflejen estas valoraciones actualizadas para asegurar una cobertura adecuada para la reconstrucción o para las reparaciones.
FUENTE: www.rmmagazine.com