Davos y su importancia para 2023
Los retos mundiales exigen liderazgo mundial.
En 2023, la reunión anual del Foro Económico Mundial a celebrarse en Davos, será la más importante de la historia, lo que podría sorprender a los muchos escépticos que han escrito sobre el fin de la globalización.
Esto significa que los líderes de todo el mundo han reconocido la necesidad de una nueva imagen para la globalización por dos motivos. En primer lugar, es muy poco probable que la economía mundial -los flujos interregionales de materias primas y productos manufacturados, y de personas, los datos y el capital que este comercio requiere- se desvanezca. Ninguna región se encuentra aislada; cada economía regional depende de las demás para obtener bienes y servicios de vital importancia. Según un reciente informe del McKinsey Global Institute, los lazos económicos son fuertes, por lo cual deshacerlos resultará imposible.
En segundo lugar, los grandes retos actuales no respetan fronteras, ya que son de naturaleza global. Los países y las economías de todo el mundo se enfrentan a los retos de aumento de la resiliencia frente a las perturbaciones masivas (incluida la previsión de futuras pandemias), la reducción de la dependencia de todas las sociedades de los combustibles fósiles y la construcción de un sistema próspero para todos. No existen soluciones a los más grandes problemas del mundo que no demanden el involucramiento de los líderes de las mayores corporaciones mundiales y de los responsables políticos nacionales e internacionales.
Por eso, a 52 años de la primera reunión, el encuentro de Davos 2023 reunirá a un número récord de líderes gubernamentales, empresariales y de sociedades civiles para el abordaje del estado del mundo y el debate de las prioridades para el año que viene. Una vez al año, estos líderes y pensadores se reúnen para redescubrir las alegrías del debate y la conexión fortuita, en un espíritu de apertura e indagación. Las ideas y relaciones forjados en dicha reunión, pueden significar el principio de nuevas colaboraciones que hagan mella en los problemas que, de otro modo, no tendrían solución.
En primer lugar, se impulsará el debate sobre la reinvención de la globalización. Este es uno de los cinco temas que se conversarán este año. A continuación, los otros 4:
- Resiliencia. Los trastornos mundiales no se detienen. En todos los ámbitos, desde la geopolítica a la alimentación y a la energía, continuar con los mismos procedimientos y políticas no resulta adecuado. La acción colectiva sostenida de los sectores público y privado significa un avance. Las empresas pueden jugar tanto a la ofensiva como a la defensiva, con movimientos diferentes de las estadounidenses y las europeas.
- Sostenibilidad: equilibrar la transición y la resiliencia energética para un futuro con cero emisiones netas. Calculamos que para alcanzar las emisiones netas cero, el mundo deberá invertir, anualmente, 3,5 billones de dólares más de lo que invierte actualmente. Los grandes líderes y las grandes corporaciones no dejarán que los retos actuales los disuadan de tomar importantes decisiones y de realizar las inversiones necesarias para acelerar la transición.
- Reinvención de la globalización: diversificación en lugar de disociación. El mundo actual se encuentra altamente interconectado. Ninguna región es autosuficiente. Alrededor del 40% del comercio mundial se encuentra profundamente concentrado, con sólo unas pocas naciones que suministran a todas las demás productos vitales. Con el aumento de las tensiones, quienes gestionan las relaciones comerciales pueden encontrar formas de diversificación.
- Inclusión: hacer de ella una ventaja competitiva. Al ritmo actual del progreso, se tardarán 151 años en cerrar las brechas económicas mundiales de género, 29 años para que los equipos ejecutivos alcancen la paridad relacionada y 24 años para alcanzar la diversidad étnica. Es por esto que es sumamente importante aquello llevado a cabo hoy. Adicionalmente, las empresas de todo el mundo han descubierto la ayuda que brinda la inclusión en el acceso a los mercados desatendidos.
- Economía espacial: captación de la innovación en todos los sectores. El futuro avanza cada vez más rápido. La incipiente economía espacial cuenta con un enorme potencial para cambiar el mundo. Lanzamientos más baratos, satélites más pequeños y mayores inversiones están dando paso a una era en la que las empresas de muchos sectores pueden llevar a cabo actividades de I+D en el espacio, desarrollar actividades cuasi imposibles de ser realizadas en la Tierra e, incluso, inventar nuevos negocios.
FUENTE: www.mckinsey.com