Analítica de datos para afrontar los riesgos de inflación y reforzar el posicionamiento competitivo

Durante 2021 y 2022, la inflación se aceleró en gran parte de las economías desarrolladas y emergentes. En Estados Unidos, el índice de precios al consumidor (IPC) pasó del 2,6%, en marzo de 2021, al 8,5% en marzo de este año. En junio, el ritmo alcanzó el 9,1 por ciento, el más rápido en 40 años, mientras que los precios al productor han aumentado aún con mayor celeridad. En la eurozona, la inflación al consumidor alcanzó el 8,6% en junio de 2022, el nivel más alto de su historia.

Los inversores, los economistas y las instituciones de previsión esperan la diminución de la inflación, aunque gradualmente. (Las mediciones de julio fueron algo más bajas en Estados Unidos, pero aún más altas en la eurozona). El retorno de la inflación se encuentra estrechamente vinculado con la pandemia: las medidas de salud pública adoptadas para contener la propagación del virus, y las medidas económicas y fiscales adoptadas para mitigar los trastornos provocados. La invasión rusa a Ucrania exacerba aún más la dinámica inflacionista.

La inflación se aceleró en un entorno de fuerte demanda de los consumidores, escasez de oferta, déficit de producción y aumento de los precios de la energía. El principal motor de la inflación, los precios de la energía, aumentaron en Europa un 38% en abril y un 45% en marzo. En junio, la tasa de inflación subyacente en la eurozona (inflación que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) fue del 4,2 por ciento, nivel récord que subraya la composición asimétrica de la tasa global.

Para muchas empresas, un entorno de alta inflación es inestable e inseguro para operar. Responder a la inflación es de suma importancia, pero estas respuestas deben contemplar minuciosamente la inflación futura, el impacto en el modelo de negocio de la empresa y el tiempo de manifestación de cualquier respuesta.

La analítica puede ser utilizada para una mejor toma de decisiones en un entorno de alta inflación, con el nivel de sofisticación de la analítica determinado por los requisitos del negocio. En sectores muy especializados y de escasos márgenes -tal los bienes de consumo envasados- la analítica deberá contar con mayor precisión en el desarrollo de una comprensión matizada de las exposiciones. Por otro lado, las empresas con márgenes elevados (desarrollo de software o artículos de lujo, entre otros) se benefician de un enfoque más conceptual, sin necesidad de crear una analítica profunda.

La previsión de la inflación es un tema propio y complejo, y al desarrollar las respuestas, la mayor parte de las organizaciones utilizan pronósticos y escenarios desarrollados externamente. La analítica para la toma de decisiones, en cambio, no puede externalizarse. Sin recurrir a la previsión directa de la inflación, las empresas pueden utilizar un método flexible y analíticamente sofisticado determinar la forma y el momento de reacción. El enfoque incluye la evaluación del grado y el desglose de los tipos de exposición.

FUENTE: www.mckinsey.com

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