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Cadenas de suministro: Gestión proactiva y aumento de la resiliencia

Las perturbaciones a la cadena de suministro mundiales provocadas por la pandemia de COVID-19 ha sido muy importantes. Nunca había sucedido algo similar en décadas, y muchos operadores se basaron en estrategias que abordaban parcialmente sus retos. Luego llegó la invasión rusa a Ucrania, provocando la mayor crisis humanitaria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ya se han perdido miles de vidas y millones de personas se han desplazado, una tragedia con consecuencias a ser desarrolladas durante años.

La invasión agravó los problemas de la cadena de suministro en sectores críticos, tales como el agrícola, el automotriz, el energético y alimentario. A medida que se hacían más frecuentes y aumentaban magnitud las interrupciones, se dificultaba la aplicación de remedios ad hoc en el restablecimiento de la la previsibilidad de un sistema basado en una optimización de costos cada vez mayor. En pos de contar con la resiliencia necesaria, los operadores de la cadena de suministro deberán considerar una serie de opciones, incluida la reforma estructural.

Es por esto que la rápida decadencia de un modelo de fiabilidad y de eficiencia de la cadena de suministro de antaño, es un tema clave para los directores generales. En el transcurso de una década, las empresas se enfrentan a interrupciones que eliminan los beneficios de medio año o más. Para las empresas de gran parte de los sectores, una sola interrupción prolongada de la producción podría eliminar entre el 30% y el 50% de los beneficios de un año en concepto de intereses, impuestos y depreciación. Los puertos bloqueados, la costosa capacidad de carga y los envíos de emergencia fueron muy frecuentes durante la pandemia del COVID-19. Asimismo, el conflicto en Ucrania también ha contribuido a los cierres de líneas de productos, los retrasos en el transporte y la espiral de costos de los insumos. Estos problemas han colaborado con el gran aumento de los precios de los productos básicos y con un molesto repunte de la inflación y de las expectativas de precios más altos en todo el mundo.

Sin embargo, estos efectos inmediatos son sólo una parte de la historia. De hecho, pueden ser superados, en el largo plazo, por efectos más lentos pero permanentes en las cadenas de suministro subyacentes. Los líderes de las cadenas de suministro podrán enfrentarse a desafíos como choques en el corto plazo, al tiempo que instalan los bloques de construcción de una reforma estructural más profunda. No obstante, dicha reforma puede ser la única forma de restauración de la resiliencia de las cadenas de suministro de las empresas, dado las implicaciones al corto y largo plazo de las interrupciones.

FUENTE: www.mckinsey.com