La importancia de la experiencia en la suscripción de las energías renovables
Los avances en la tecnología de los aerogeneradores han sido uno de los motores clave en la reducción de los costos de la producción de energía renovable y en el impulso del crecimiento de la industria eólica en la última década.
Aunque el ritmo del cambio de la tecnología de los aerogeneradores ha sido asombroso, mejorando los niveles de producción de energía y la resistencia a fuerzas externas como el clima, esta rápida evolución también ha planteado interrogantes a los suscriptores.
En un sector, en el que los modelos cambian cada pocos años y los promotores de proyectos adquieren modelos más grandes y productivos antes de haberlos probado completamente, la comprensión de la nueva tecnología es clave. Los suscriptores deben mantenerse al día, entendiendo e identificando las ramificaciones de riesgo de estos cambios.
Poniendo estos avances tecnológicos en perspectiva, entre 2000-2019 el diámetro medio del rotor de una pala de aerogenerador terrestre en EE.UU. aumentó de 48 metros a 121 metros y la altura media del buje (distancia entre el suelo y la góndola) de 58 metros a 90 metros, según la American Clean Power Association.
Aunque estas cifras se basan en un tamaño medio de una máquina de 2,55 MW, la mayor parte son turbinas heredadas instaladas en los últimos 20 años.
A medida que las turbinas crecen en tamaño, la capacidad aumenta consecuentemente. De los 21 modelos instalados en Estados Unidos en 2019, momento en la norma de capacidad era de más de 2 MW, que se espera que la capacidad media de dichas turbinas aumente hasta en un 58% para 2050, según el Consejo Global de Energía Eólica.
A medida que aumenta el tamaño de las turbinas, también lo hace el valor de cualquier reclamo individual, lo que remite en la importancia de la comprensión de esta tecnología.
En la industria eólica marina, los avances han sido aún más pronunciados. En 2018, General Electric anunció el Haliade-X de 12 MW, en aquel momento el aerogenerador más grande del mundo. Desde entonces, se ha actualizado a una máquina de 13 o 14 MW, con una altura de 260 metros y una longitud de pala de 107 metros.
En el intervalo, Siemens Gamesa ha anunciado el SG 14-22, también de 260 metros de altura, con una potencia de hasta 15 MW. Vestas, el mayor fabricante de aerogeneradores del mundo ha comenzado con las pruebas de su V236-15 de 280 metros de altura y 15 MW, con palas prototípicas de 115,5 metros, en el segundo semestre de 2022, mientras que el fabricante chino Ming Yang ha anunciado sus planes de instalación de un prototipo de turbina en 2023 con una potencia de 16 MW.
Innovación competitiva
Esto demuestra la profundidad de la competencia dentro de la industria. Con el aumento del tamaño de las turbinas, se deberán crear nuevas tecnologías y nuevos riesgos deberán ser tenidos en consideración.
Por ejemplo, a medida que las turbinas eólicas terrestres aumentan en altura, se vuelven más susceptibles a la caída de rayos. Los rayos dañan las palas de los aerogeneradores, partes de los equipos más costosas de sustituir. Dada la ubicación de dichas turbinas en terrenos llanos y abiertos, son propensos a la caída de rayos, convirtiéndose en la causa cada vez más frecuente de siniestros asegurados en los últimos cinco años.
La meteorología cambiante es otra cuestión que afecta la manera en que las aseguradoras suscriben los parques eólicos. Por ejemplo, cuando la tormenta invernal Uri azotó Texas en 2021, quedó demostrado lo posible de acontecer al producirse fenómenos meteorológicos graves en zonas inesperadas.
Por lo tanto, las aseguradoras deberán tener en cuenta el riesgo que supone que los aerogeneradores del sur de Texas no cuenten con equipamientos de sistemas de clima frío que calienten determinados componentes del aerogenerador, como palas, cajas de engranajes y motores. A medida que los sistemas meteorológicos se hacen más complejos, es aún más importante que las aseguradoras conozcan a fondo los sistemas que protegen esas turbinas.
La experiencia en suscripción es clave para que las aseguradoras ayuden a los clientes en su navegación por estos riesgos cambiantes. El sector técnico no hará más que tecnificarse, basándose los suscriptores en su experiencia en tecnologías y siniestros antiguos de manera de comprender los riesgos de los nuevos productos, que bien pueden ser prototípicos.
Asimismo, las aseguradoras deberán conocer la manera de enfrentarlas consecuencias imprevistas del avance de la tecnología y de los problemas externos como la meteorología. Estos riesgos sólo pueden ser bien gestionados por quienes cuenten con experiencia y se encuentren dispuestos a emprender la diligencia debida necesaria en la comprensión plena del panorama de riesgos.
FUENTE: pvcase.com