Los desastres ambientales sacuden el mercado asegurador
Eventos meteorológicos relacionados con el calentamiento global mueven miles de millones de dólares y obligan a las aseguradoras a revisar precios y coberturas
Según el “Informe de riesgo global 2022” del Foro Económico Mundial, el cambio climático es ahora la mayor preocupación de los líderes mundiales.
En al menos cinco estados de Brasil -São Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Bahía y Espírito Santo- el último verano estuvo marcado por grandes tragedias provocadas por tormentas, que dejaron una estela de destrucción, cientos de muertos y miles de personas sin hogar.
La ciudad más devastada, Petrópolis, en la región montañosa de Río, aún tenía los daños de la mayor tormenta de su historia, ocurrida el 15 de febrero y que dejó 233 muertos, cuando nuevas lluvias torrenciales volvieron a castigar al municipio a fines de marzo. Según la Federación de Industrias de Río de Janeiro (Firjan), esta segunda ola provocó la pérdida de R$ 665 millones en el PIB de la ciudad. Y el gobierno estatal estima que la reconstrucción de la ciudad llevará dos años y medio y demandará otros R$ 400 millones.
Las fuertes lluvias fueron provocadas por la conjunción de dos fenómenos meteorológicos. Una recurrente, denominada Zona de Convergencia del Atlántico Sur, responsable de las lluvias de verano, y otra a escala global, La Niña, el enfriamiento anormal de las aguas del Océano Pacífico que ha ido alterando los patrones de precipitación en todo el planeta.
En el contexto del calentamiento global, los desastres naturales ocupan un lugar central para las compañías de seguros de todo el mundo. El estudio “Allianz Risk Barometer”, publicado recientemente por Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS), muestra que, en Brasil, los desastres naturales ocupan el segundo lugar en el ranking de mayores riesgos para las empresas brasileñas, solo superados por los incidentes cibernéticos.
En términos globales, los desastres naturales ocupan el tercer lugar del ranking, en el que el sexto lugar lo ocupan los riesgos inherentes al cambio climático. Los últimos años han demostrado que la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos están aumentando, lo que indica una relación directa entre ellos y el calentamiento global.
También según el estudio de Allianz, en 2021, las pérdidas globales por catástrofes aseguradas superaron los US$ 100 mil millones – fue el cuarto año más “caro” registrado. El huracán Ida en los Estados Unidos puede haber sido el evento más costoso, pero más de la mitad de las pérdidas provinieron de los llamados peligros secundarios, como inundaciones, fuertes lluvias, tormentas, tornados y heladas, entre ellos el sistema meteorológico Bernd de baja presión, que provocó inundaciones en Alemania, la tormenta Filomena en España y olas de calor e incendios forestales en Canadá y California.
Según el “Informe de riesgo global 2022” del Foro Económico Mundial, el cambio climático es ahora la mayor preocupación de los líderes mundiales. Además del miedo al clima extremo, existe el miedo al fracaso en las acciones que deben tomar los gobiernos, las empresas y la sociedad para evitar los peores escenarios.
Para Angelo Colombo, CEO de Swiss Re Corporate Solutions para Brasil y América Latina, el cambio climático constituye una de las mayores amenazas globales a largo plazo. Según datos del Swiss Re Institute, América Latina es una de las regiones sujetas a mayor impacto. “Es importante tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático y evitar un punto de inflexión irreversible”, dice. “El seguro es fundamental para sostener la cadena de algunos sectores, y vimos esta importancia en la agricultura de Brasil, que enfrentó una de las peores heladas de todos los tiempos y, posteriormente, la sequía”.
Desde la instalación de la primera Operación de Atención de Siniestros de Emergencia, en 2015, Bradesco Seguros calcula que el monto de las indemnizaciones supera la cifra de R$ 46 millones. De ese valor, cerca de R$ 20 millones se refieren solo a los años 2020 y 2021. Los números muestran que, cada año, casos extremos como tormentas y vendavales ocurren con mayor frecuencia y severidad. “El daño de las tormentas es cada vez más frecuente y severo. Este impacto es claramente visible para el mercado de seguros. Solo en los últimos dos años, por ejemplo, nuestra empresa registró más de 4.200 llamadas de emergencia por siniestros de equipos residenciales, comerciales y agrícolas”, dice Ney Dias, director general de Bradesco Seguros.
Con las intensas lluvias y vendavales registrados en enero y principios de febrero de 2022, en todo el territorio nacional, la empresa recibió cerca de 300 avisos de siniestros referentes a situaciones de inundación con automóviles. Cerca de 500 casas, condominios y negocios resultaron dañados por los vendavales y activaron la compañía de seguros. En total, solo a principios de este año, Bradesco Seguros ya sumó más de 750 llamadas de emergencia en sus segmentos. “Desafortunadamente, eventos y desastres naturales como el de Petrópolis no son tan raros. En 2011, las lluvias que azotaron la misma región dejaron casi mil muertos”, comenta el presidente de HDI Seguros, Eduardo Dal Ri, al señalar que durante el ciclón bomba que azotó a Santa Catarina en 2020, solo su aseguradora indemnizó cerca de 7.000 viviendas. compañías. “Además de la noción de riesgos y pérdidas, nuestra preocupación gira en torno a brindar un servicio de primera humanizado y rápido para que se contenga el daño”.
Las aseguradoras son conscientes del escenario del cambio climático, no solo porque impacta en las condiciones de sus productos -precios, coberturas y asistencias-, sino también para que puedan ayudar a sus clientes a adoptar medidas de transición, tanto para la prevención de riesgos como para atender al mercado demandas de las empresas para contribuir a un planeta más sostenible. “Nuestra área de ingeniería de riesgos tiene en su alcance un servicio de cambio climático para ofrecer a las empresas la evaluación de riesgos relacionados con desastres naturales, incluyendo la consideración de estimaciones de incremento en frecuencia y severidad, de acuerdo con varios escenarios posibles a futuro. También tiene un mapa de inundaciones que utiliza en el análisis de riesgo para sus clientes”, dice Roberto Hernández, director ejecutivo de seguros corporativos de Zurich en Brasil. “Estamos ante uno de los riesgos más complejos que tenemos que afrontar. Los modelos de precios tienen información sobre los impactos de los desastres naturales, pero las incertidumbres de lo que podría suceder en el futuro dificultan confiar en modelos de datos precisos”.
James Hodge, líder de energía y construcción de la consultora WTW Brasil, cree que la tendencia del sector es hacia una limitación en las coberturas de seguros que se ofrecen en el mercado por hechos como el de Petrópolis y otros que han ocurrido en todo el mundo. En particular, debería haber una reducción en la cobertura de estos eventos o un aumento en los deducibles. “Al principio, siempre hay una reducción de la capacidad, pero nuestro mercado es resistente y se adapta fácilmente. La tendencia es que las aseguradoras busquen carteras más equilibradas en términos de geografía y antigüedad, reduciendo el impacto que tendría un solo evento catastrófico”. Para el especialista, las empresas deben explorar cada vez más alternativas, ya sea a través de transferencias alternativas de riesgo -como los seguros paramétricos- o a través de una evaluación analítica del riesgo (“risk analytics”), ayudando al asegurado a buscar la mejor manera de asignar o transferir su riesgo. “Las aseguradoras deben crear criterios de fijación de precios que tengan en cuenta el historial de compromiso del cliente con la gestión de riesgos de sostenibilidad, así como su capacidad y voluntad para mitigar dichos riesgos”, sugiere Alfredo Chaia, especialista en gestión de riesgos de International Risk Veritas.
FUENTE: forbes.com.br